Restaurante Cambados

La comida buena aunque con matices: las zamburiñas no estaban muy frescas estando en un restaurante de este prestigio, al igual que el pulpo a la gallega que estaba bueno pero uno espera más en este lugar. Los boquerones exquisitos al igual que las gambas, las mejores que he probado. Faltó algo de atención de los camareros al inicio, debido a la mesa con gran número de comensales que había al lado. Se olvidaron del café pero muy amablemente se disculparon. En relación al ambiente....la mesa de comensales (alrededor de 20) dificultaba en ocasión poder hablar tranquilamente, pero entiendo que no es lo habitual; no obstante el sitio es original al ser una casa habilitada y en una zona muy tranquila. Es fácil aparcar en la zona, al menos entre semana. Quiero volver y probar de nuevo los mismos y otros productos.

El lugar precioso, la comida exquisita no puede haber algo más bueno, hemos comido 4 ostras francesas y un bargo. La verdad que riquísimo, el personal educado pero con falta de conocimientos. Tuvimos que pagar un pan duro y frío, la verdad que en ese sentido han sido poco atentos a su trabajo. Lo que se ve en la foto del vino, eso es lo que se me ha servido de vino, demasiado caro para lo que se sirve.

El sitio es muy agradable y con una atención profesional y atenta. En cuanto a la comida probamos ensaladilla, pulpo a la gallega y chocos para compartir. Cada comensal probó un pescado individual entre Rodaballo, Lenguado y Lubina. El precio de los pescados me parecieron desorbitados para ser un trozo. Ejemplo, un filete de Rodaballo 80€.

Un restaurante resultón. El local es una especie de chalet con un salón agradable y espacioso y mesas en el porche. Como buen gallego, se basa en la calidad del producto, aunque la preparación no estaba mal tampoco. Sin embargo, el revuelto de “bacalado” ahumado, estaba demasiado salado, aunque creo que, de la carta, no pedimos lo adecuado. Volvería, ciñéndome al producto del noroeste con patas, pinzas o concha, que eso no falla.