Dracula

Hemos comido un domingo. El restaurante estaba lleno y el ambiente muy cercano, relajado y ameno. La dueña muy amable y también todos los camareros, los de la barra y los cocineros. Muchas gracias a nuestro camarero, Ionica! Siempre ha estado pendiente de nosotros y nos ha recomendado y explicado con mucha profesionalidad y cercanía el menu, y nos ha contestado todas las preguntas. Seguramente volveremos!

Comimos allí una rica paella. Lo bueno es que con una paella para dos, nos sobró hasta comida para la cena. Estaba muy rica, pero los trozos de pollo tenían mucho hueso pequeño, a ratos era incómodo de comer. Lo que más me ha gustado es la decoración, las vistas y la amabilidad del personal. Excepcionales. Lo que menos me han gustado han sido los baños, demasiado pequeños para el tamaño y los precios del local, más propios de algún bar chino que de un restaurante de esta clase. Una reforma no vendría mal. En definitiva un sitio con una enorme variedad de comidas: comida típica española, rumana e internacional, pero con unos precios algo elevados (aunque en la media de la zona). No obstante, recomiendo mucho este restaurante.